Description

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A Zelal la quieren matar. Desde hace d as est escondida en Estambul porque si su familia o la de su marido la encuentran acabar n con su vida. Su delito; haberse divorciado. Es uno de tantos otros casos de los llamados cr menes de honor, que se dan con frecuencia en Turqu a. Mientras, la veintea era Sennur se las ingenia para entrar en la Universidad del B sforo con velo isl mico, pese a estar prohibido por ley su uso en los centros docentes de toda Turqu a. La muchacha sortea la lesgislaci n poniendose un estrafalario gorrito playero. Sus amigas utilizan incluso pelucas. Todas quieren cumplir los preceptos religiosos que dicta el Cor n, los mismos que hacen que Sennur nunca haya besado a su novio pese a llevar m's de dos a os saliendo con l.De forma muy diferente piensan las turcas de cabelleras al viento, manicuras impecables, tacones de v rtigo y trajes cort simos que se contonean en las discotecas de Estambul. El atuendo de Ayse, de 26 a os, no es tan escaso pero, hace tiempo que dej de ser virgen.Rashel es una sefard de 60 a os que a n hoy se expresa en la antigua Constantinopla en ese v stago del espa ol que recibe el nombre de ladino. Su vida ha sido tremendamente complicada en este pa's de mayor a musulmana. A trav's de las historias reales de estas cuatro turcas, En el Har n de Estambul la periodista Carla de la Vega ahonda en la situaci n actual de las mujeres en este pa's que se debate perennemente entre las tradiciones isl micas de Oriente y el laicismo importado de Occidente.